Esta región, habitada desde tiempos prehistóricos, tiene un rico patrimonio arquitectónico y cultural, que cuenta con solares, conventos, castillos, iglesias, puentes, ciudades y villas como Chaves, Mirandela, Vidago, Pinhão o Bragança, con sus centros históricos y museos repletos de historia y tradición. La región presenta además una gran biodiversidad y proporciona a quien la visita una panoplia de actividades en la naturaleza. Se destacan las áreas protegidas, como el Parque Nacional Peneda-Gerês, el Parque Natural del Alvão, el Duero Internacional y Montesinho. Se pueden practicar deportes en la naturaleza, observar las aves que vuelan sobre los acantilados del Duero o pasear en viajes en barco y tren, que nos llevan a las mejores quintas y bodegas de la región.
La gastronomía de la región nos remite de inmediato a la identidad de sus paisajes y gentes. La cocina de Trás-os-Montes se basa en los ingredientes que la tierra proporciona a lo largo del año y en las carnes de las razas de la región como la Maronesa, Mirandesa y Bísara. Entre los platos tradicionales trasmontanos, se destacan la posta à mirandesa, la feijoada à transmontana, el bacalao con pan de centeno, la alheira de Mirandela, el conejo à caçador o la bola à mirandesa. Esta región también es famosa porque en ella se producen los mejores quesos, embutidos y aceitunas del país. En los dulces, se destacan el tradicional dulce de castañas y los pitos de Santa Luzia y las cristas de galo, ambos originarios del convento de Santa Clara, y también, los cavacórios, a veces utilizados como copa para beber Vino de Oporto.